Desde niños jugamos reproduciendo eventos que pueden acontecer en el futuro, expresando sueños y deseos próximos. Conforme crecemos van tomando forma esos sueños y deseos, dibujando sonrisas en nuestros rostros pensando en materializar todo eso. Es entonces cuando Él nos bendice con uno de esos deseos y anhelos, poniendo en nuestras manos ese regalo, ese logro de la vida. Cuando te das cuenta que ya no es un sueño porque te subes realmente a ese anhelo, haciéndolo una realidad, sintiendo su olor, el aire de libertad en tu cara y tu amor en el asiento contiguo, entonces sonríes y haces que tu alegría cambie al mundo. Gracias Ambacar, feliz con mi ¡
DSFK Glory 560!